Francisco de Aldana (1537–1578)

Francisco de Aldana es un poeta del final del Renacentismo, de transición entre la escuela directa de Garcilaso (Diego Hurtado de Mendoza, Gutierre de Cetina, Hernando de Acuña, Gregorio Silvestre, Gaspar Gil Polo, Francisco de Figueroa...) y la escuela barroca que se dividiría en culteranistas (fundamentalmente andaluces: Luis de Góngora, Juan de Arguijo, Rodrigo Caro, Juan de Jáuregui, Francisco de Rioja, Pedro de Quirós...) y conceptistas, encabezados por Quevedo (Luis Vélez de Guevara, el Conde de Villamediana... Lope de Vega fue una figura ecléctica).

Según Rosa Navarro Durán, catedrática de la Universidad de Barcelona, "la capacidad extraordinaria de Francisco de Aldana para plasmar el movimiento en sus versos se ve incluso en sus sonetos existenciales. Él es el zarandeado por el destino: "El ímpetu cüel de mi destino, / ¡cómo me arroja miserablemente / de tierra en tierra, de una en otra gente...!" Su descanso ansiado es, en la tierra, ese rincón lejos del tráfago, en donde vencerse a sí mismo, con el pensar pusto en Dios. O en el cielo, un caminar sereno en compañía de algún caro amigo, conversando, a salvo de todo, incluso de la propia muerte:

iríame por el cielo en compañía
del alma de algún caro y dulce amigo
con quien hice común acá mi suerte;
¡oh qué montón de cosas le diría,
cuáles y cuántas, sin temer castigo
de fortuna, de amor, de tiempo y muerte!

Bastarían estos versos para confirmar el renombre de "divino" que Cervantes, a través de Apolo, le da en el "Viaje al Parnaso"".… (meer)