"Señora ama" es lo que los expertos llaman un "drama rural" dentro de la obra de Benavente, y es una etiqueta muy bien puesta. La protagonista, Dominica, soporta con tranquilidad los devaneos amorosos de su marido, incluso con cierto orgullo, hasta que, al final, la noticia de su embarazo le hace cambiar de actitud. De por medio, un asunto de herencias mezclado con la dudosa relación del marido con su cuñada.

"La malquerida" es otro "drama rural", también sostenido por el personaje femenino, Raimunda, atrapada por el ciego amor hacia su segundo marido el cual, por su parte, también se ha enamorado de la hija de ella. Todos, claro, viven en la misma casa y la acción empieza cuando vienen a pedir la mano de la chica y, a la vuelta, alguien mata al futuro esposo, sospechando todos inmediatamente de un antiguo novio.

En ambas obras hay un torbellino de pasiones, pero en la segunda es mucho más hondo y está mejor perfilado. La clave principal no se descubre del todo hasta el final y los personajes se muestran mucho más complejos y matizados. Además, "La malquerida" presenta una escena más despejada casi siempre, con menos entradas y salidas y menos presencia de personajes secundarios que, en "Señora ama", distraen a veces de la acción.

Un elemento importante es el uso del lenguaje, deliberadamente rústico o, como bien dice el editor, en realidad vulgarizado. Este lenguaje está mucho más exagerado en "Señora ama", lo que a llega a ser incómodo para el lector (no sé si tanto para el espectador; dependerá mucho de la dirección de escena y de los actores), pero en "La malquerida" está más moderado y eso favorece que el lector se centre en lo que sucede, olvidándose de tanto vulgarismo y supuesto lenguaje dialectal. En definitiva, dos grandes obras, pero la primera es eso, una muy buena obra de teatro, mientras que la segunda es una obra maestra. ( )