LA FILOSOFÍA ALEMANA DE LEIBNIZ A HEGEL

La filosofía alemana en el siglo XVII

Salvo notorias excepciones, como Boehme y Leibniz, la
filosofía alemana en el siglo XVII fue objeto casi exclusivo
de eruditos profesores. Y fue su erudición, pesada
herencia legada por el humanismo y la escolástica, la que
determinó el contenido y el método de su filosofía,
impidiéndoles percibir las cosas en sí. Siguiendo el uso de
os colegios, entonces en pleno auge, y de la facultad de
filosofía - propedéutica-, escribieron gran número de
manuales y tratados que, como se quejaba ya Comenio,
sólo enseñaban a los alumnos a adornarse con plumas
ajenas, espigando con eclecticismo y al azar las opiniones
de los demás, en lugar de abrirles los ojos leyendo
en el libro de la naturaleza. No ha cometido ninguna in
justicia la historia relegando al olvido a estos hombres y
sus obras, elaboradas con el común afán de resolver las
controversias tradicionales. Sin embargo, no pueden ser
ignorados por el historiador, ya que constituyen, por así
decir, el humus intelectual del siglo. También los grandes
filósofos pasaron por sus escuelas, y, en gran medida,
su terminología siguió siendo el instrumento de que
se sirvieron los pensadores aislados a fin de hacer
comprensibles sus nuevos puntos de vista; terminología,
pues, que debemos aprender para evitar cualquier error
de interpretación.

La impresión de escuela cerrada sobre sí misma que
suele producir lo que designamos con el término general
de aristotelismo es algo que no resiste mucho tiempo un
examen atento de la cuestión. No sólo hay que poner
manifiesto la existencia de fuertes corrientes
antiaristotélicas, sino sobre todo la existencia de los.