Por su amplitud cronológica (1400-1600) y vocación paneuropea, la exposición ofrece una aproximación global al retrato del Renacimiento como género pictórico autónomo, excluyendo otras formas de representación del individuo como el donante, pero incluyendo medallas, esculturas, dibujos o grabados que explican su evolución. A través de más de 120 obras, se propone un recorrido histórico que refleja la variedad tipológica y la complejidad conceptual del retrato durante este periodo.