Este "cuento metaf sico de aguas y cielos y rayos azules," como lo define su autor, es tam-bi n un cuento de amor y de mayas. Sobre todo de mayas. Sus mitos, sus leyendas, sus cos-tumbres y su forma de entender la vida est n presentes en l. La acci n transcurre en nues-tros d as y por tanto sus personajes son actuales y ancestrales al mismo tiempo. Chacs, el lacand n, es el chil n (profeta) de la cisterna, pero trabaja en el yate de Cohen como piloto. Ku y Ethel, el multimillonario mejicano con sangre maya y la bella inglesa de Puerto Belize ( Kukulc n e Itchel?), fueron al Sahara hace muchos a os en busca de los or genes y volver n a ir, seg n est programado en el t nel del tiempo. Ignacio de C rdoba, de origen espa ol, es un Grijalba (hombre grande barbado en el que personifican los mayas a los conquistadores espa oles) sin grandeza. De esta obra po tica y filos fica dice Sender, con su peculiar sentido del humor: "La cisterna de Chich n-Itz es la novela menos mala de todas las que he escrito."