TEATRO

ESTUDIO PRELIMINAR

Se diría que nuestro teatro de la edad de oro, como un
laberinto encantado o mágico, ofrece su espejismo cambiante
a la lectura, dándole diverso matiz, variados reflejos, a la
constante revisión de su enorme caudal de valores poéticos,
no siempre exactamente recogidos por una
crítica demasiado sumisa a la voluble andanza y apariencia
de su fortuna. Las vicisitudes de esa crítica fueron
ampliamente definidas por el maestro Menéndez y Pelayo, que en
su sintesis y comentario nos alecciona con la evolución variable
de su propio parecer y criterio. Si hoy leemos el
Calderón de Menéndez y Pelayo siguiendo las tres fases de
su crítica, o sea, empezando por las conferencias recogidas
en Calderón y su teatro, correspondientes a la fecha del
tercer centenario del poeta, en 1881, y siguiendo, más adelante,
con fecha de 1887, leyéndole en el estudio de introducción a las
obras de Calderón que precede a su selección
editada por la "Biblioteca Clásica", para terminar por la
lectura del prólogo al libro de doña Blanca de los Ríos
Del Siglo de Oro, notaremos que don Marcelino-como
él mismo confiesa en este último escrito, que es de 1910,
anunciando su propósito, desdichadamente fallido, de
dedicarle a Calderón otro libro entero-, al rectificar algunos
aspectos de su juicio, no toca esencialmente con ello a lo
fundamental de este juicio mismo, que sigue teniendo todavía su autorizada validez para nosotros. Hasta tal punto,
que será muy difícil encontrar ningún ensayo crítico sobre...