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Bezig met laden... Piezas cortasdoor Tennessee Williams
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Una obra muy breve, pero sorprendente y llena de matices. Todo gira en torno a un personaje femenino (Flora Meighan), mujer aniñada e ingenua, dominada por su marido (Jake Meighan), pequeño propietario y cultivador de algodón en el profundo Sur de Estados Unidos, quien, dada la difícil situación económica del momento, mantiene un conflicto con otros propietarios agrupados en un sindicato (aquí representado por Silva Vicarro, el tercer personaje). La acción, concentrada en poco más de un día, se centra en la relación de Flora, personaje muy especial, con los dos hombres. Ellos, por diferentes motivos, van a convertirla en escenario de su enfrentamiento y la violencia que ejercen sobre ella hará mella en su carácter y en su manera de ver la realidad.
Como es lógico, no podemos esperar la profundidad de temas y personajes de una obra extensa, pero creo que su lectura —no más de media hora— merece la pena. A partir de unos cuantos diálogos y algunos elementos dramáticos (un balancín, un bolso, la coca-cola, un incendio), Tennessee Williams nos muestra todo un mundo que se adivina complejo y del que solo se nos cuenta un parte mínima pero significativa. Estamos casi al final del verano y los inmensos atardeceres del Mississippi y el incendio en los campos de algodón sirven para resaltar el personaje de Flora, que desde su debilidad lo llena todo. Los diálogos son repetitivos y aparentemente insulsos, pero dejan entrever un mundo de fuerzas elementales (violencia, sexo, venganza, conformidad y sumisión, necesidad de supervivencia, adaptación). Quizá ese sea el mayor acierto de una obra tan breve: asomarnos en unas líneas a un mundo descarnado, encubierto tras lo que Jack llama «la política de buena vecindad». ( )