José María Izquierdo

Se supone que este libro, junto con "La ciudad" de Chaves Nogales y "Sevilla en los labios" de Romero Murube, conforman la trilogía de obras que forjaron el mito de Sevilla. Pues bien, aquí no lo he notado demasiado, o al menos no en su totalidad. Tal como reza el título, el autor escribe textos breves, incluso muy breves, que aparentemente no tienen más relación que la ciudad a la que se dedica, pero sin un hilo conductor. Lo mismo trata del monumento a Bécquer (y, con esta excusa, del propio poeta) que de los nuevo barrios que estaban surgiendo. Por detrás de todo ello solo he conseguido apreciar la insistencia en primar el "espíritu" por encima de las consideraciones prácticas, pero no he acabado de captar qué significa "el espíritu" para el autor. Supongo que se refiere a lo mismo que Lorca llamaría, algunos años después, "el duende", pero tanta divagación me ha estorbado su intuición. Tampoco ayuda el lenguaje afectado y hasta cursi, para el gusto actual, aunque tengo que reconocer que ha perdurado este estilo en determinados círculos de la ciudad. Y sobra, para mi gusto, toda la primera parte del segundo volumen, dedicada a glosar a literatos y artistas de su momento, hoy prácticamente olvidados (salvo Juan Ramón Jiménez, por entonces muy joven y al que Izquierdo declara una admiración que le honra). En fin, ya lo he leido.… (meer)