Se trata de una selección de las fotografías de Sevilla en el siglo XIX y principios del XX de la colección privada del duque este, hecha por él mismo. Las fotografías están muy bien, muy curiosas. Lo malo es que el señor duque también las comenta, generalmente para denigrar cualquier transformación urbanística que pudiera apreciarse. Al parecer, al insigne aristócrata no le gusta la Maestranza terminada, y mucho menos sus actuales alrededores, ni el perfil actual de la calle Betis, y prefiere la Maestranza de Artillería al Teatro actual (dice de éste que es una mole, ¿pues qué era aquella?). Obviamente, le gustaría más que los Caños de Carmona siguieran como antiguamente, con pestilente arroyo Tagarete incluido. Claro, que ni él ni su familia notarían el olor ni las enfermedades. Hay gente que confunde el buen gusto con el rechazo de todo lo que nació con él mismo. Gracias a Dios, procuro no tener que tratar con gente así. ( )