Parece que Locke fue un tipo con múltiples ocupaciones y variados intereses, y eso se refleja en sus obras. Estas tres tratan cuestiones muy diferentes entre sí, aunque el afán de libertad está detras de todas. El "Ensayo sobre el entendimiento humano", el filósofo inglés busca un asidero firme en el que poder asentar el edificio del pensamiento humano, es decir, de su ser como tal. En esto no es nada original. Su planteamiento está justo en el límite del materialismo puro, aunque se preocupa de mencionar a Dios por todas partes, por si las moscas. Pero, salvando el conocimiento revelado, lo demás solo puede proceder de nuestras sensaciones.

No menos interesante son sus escritos sobre política y religión. El "Tratado sobre el gobierno" se sitúa entre el Leviatán (poder absoluto por voluntad de los ciudadanos) y el contrato social, y coincide con ambas teorías en que, para que las cosas sean gobernables, es necesario renunciar a la libertad prístina, al menos en parte. Por último, sus escritos sobre tolerancia religiosa apuntan claramente nuestra actual separación entre iglesias y Estado, aunque (y el editor lo resalta agudamente) la tolerancia no se aplica ni a los ateos ni a los católicos.

Interesante autor, en la línea de los filósofos ingleses más preocupados por nuestra vida cotidiana que por las especulaciones etéreas. ( )