Aquel vagabundo no parecía tan inofensivo. Casi parecía peligroso por la destreza con la que jugaba con una pistola automática.
La pasaba de una mano a la otra, la hacía girar en su índice desde la guarda, la balanceaba de un lado a otro hasta que quedó apuntando al suelo.
La pistola parecía un juguete mágico: el vagabundo no podía apartar sus ojos de ella.
Hasta que, como los niños, se cansó y la guardó en un bolsillo de sus destrozados pantalones.
Solo por un instante, porque inmediatamente la desenfundó.

This is very unlike most of Wallace's tales, being set in upstate New York near the Canadian border, during prohibition when running booze across the border was a thriving business. A lively young woman who must must marry before she is 21 in order for her grim guardian to get a substantial inheritance and herself apparently a small one is supposed to marry a very silly young man who is the son of a wealthy citizen and secretly a partner in bootlegging. Instead she marries a disreputable tramp who is being pursued for involvement in as murder he did not commit, and by two sinister men for mysterious reasons. He naturally turns out to be a heroic English adventurer of good family. The style is much lighter than the average Wallace, sometimes approaching P.G. Wodehouse. The plot line of the couple brought together by an abrupt marriage for legal reasons has been used any times to good effect, as in J.D. Carr's The Bride of Newgate and Goergette Heyer's The Reluctant Widow.The story was originally published s The Northing Tramp in 1926. ( )

El vagabundo aquel parecía menos inofensivo de lo que todos suelen ser, y más peligroso, porque estaba jugando con una impresionante pistola automática, tirándola con una mano y cogiéndola con la otra, balanceándola con el gatillo sostenido en el índice, mientras la miraba inclinarse a un lado y a otro, o dejándola, deslizarse entre las manos hasta que el cañón apuntaba al suelo. La pistola era como un juguete; no podía apartar de ella sus ojos ni sus manos, y cuando cansado de la diversión, se la metió en un bolsillo de sus destrozados pantalones, la desaparición fue momentánea. De nuevo la sacó para agitarla y darle vueltas.