De regreso a casa después de unos días en Dijon, el inspector de la policía de Besanzón, Benoît Lorand, detiene su coche para ayudar a una mujer sola con problemas con su automóvil. Tal vez pueda ayudarla a solucionar la avería, o tal vez no y tenga que acompañarla a su casa, o si se tercia acaben tomando una copa juntos... La noche le ha dado la oportunidad de añadir una conquista más a su larga lista de aventuras e infidelidades matrimoniales. A la mañana siguiente Lorand se despierta tumbado en el frío suelo de cemento de un sótano con la inquietante sensación de que nada salió como imaginaba. Y esta inquietud se transmuta en miedo e incomprensión cuando se percata que quien lo ha encerrado en esta suerte de mazmorra es la misma mujer con la que anoche quiso ligar y que ahora, con una frialdad implacable, lo amenaza con acabar lentamente con su vida. Sin comer ni apenas beber, aterido de frío, drogado, golpeado selectivamente —lo justo para mantenerlo con vida— ,Benoît experimentará en sus carnes los límites del dolor y la dignidad mientras trata de comprender por qué es él, y no otro hombre, la víctima de una sádica empeñada en convertirlo en un despojo humano.

Présentation de l'éditeur : Elle est belle, attirante, disponible. Il n'a pas hésité à la suivre pour prendre un dernier verre. A présent il est seul, dans une cave, enfermé dans une cage. Isolé. Sa seule compagnie ? Sa séductrice et son bourreau. Et elle a décidé de faire durer son plaisir très longtemps. De le frire souffrir lentement. Pourquoi lui ? Dans ce bras de fer rien n'est dû au hasard. Et la frontière entre tortionnaire et victime est bien mince...
Biographie de l'auteur : Karine Giebel est née en 1971 dans le Var, où elle vit toujours. Depuis qu'elle sait tenir un stylo, elle écrit. Après ses études de droit, elle se lance dans la rédaction d'un polar et parvient à y mettre un point final. Son premier roman, Terminus Elicius (Editions la Vie du rail, 2004) reçoit le prix Marseillais du Polar en 2005. Ce premier succès est suivi de Meurtres pour rédemption (Editions la Vie du Rail. 2006) et des Morsures de l'ombre (Fleuve Noir, 2007), lauréat du prix intramuros du festival Polar and Co de Cognac en 2008. de la 9e édition du prix SNCF du polar français et du prix polar Derrière les murs. Après Chiens de sang en 2008, Jusqu'à ce que la mort nous unisse paraît en novembre 2009 chez Fleuve noir. ( )

De regreso a casa, el inspector de la policía de Besanzón Benoît Lorand detiene su coche para ayudar a una mujer sola con problemas con su automóvil. Tal vez pueda ayudarla a solucionar la avería, o tal vez no y tenga que acompañarla a su casa, o si se tercia acaben tomando una copa juntos… La noche le ha dado la oportunidad de añadir una conquista más a su larga lista de aventuras e infidelidades matrimoniales. A la mañana siguiente Lorand se despierta tumbado en el frío suelo de cemento de un sótano con la inquietante sensación de que nada salió como imaginaba. Y esta inquietud se transmuta en miedo e incomprensión cuando se percata de que quien lo ha encerrado en esta suerte de mazmorra es la misma mujer con la que anoche quiso ligar y que ahora, con una frialdad implacable, lo amenaza con acabar lentamente con su vida. Sin comer ni apenas beber, aterido de frío, drogado, golpeado selectivamente –lo justo para mantenerlo con vida–, Benoît experimentará en sus carnes los límites del dolor y la dignidad mientras trata de comprender por qué es él, y no otro hombre, la víctima de una sádica empeñada en convertirlo en un despojo humano.